ENGLISH
Today is the day we got to do “touristy” stuff. After getting our morning coffee at the gas station down the street (which has a wicked ice cream selection), we set off to Villa Purificación to have breakfast. Along the way, we saw some spectacular views of the mountains, but that came at a cost: winding roads make for unsettled stomachs. The village is quite charming, one one of the oldest Spanish towns in Mexico, and is full of friendly people.
We learned about the agricultural history of Mexico, and how each agricultural plant species made its unique way over to the country. The influences of those species’ paths are reflected in their cultivation practices. We got to see first-hand one of the few organic, naturally managed pineapple plantation in the world. The plantation is a polyculture (multiple crops) consisting of pineapples, mangoes, oranges, coffee, papaya, starfruit, vanilla, peppers, and the list goes on. Neither fertilizer nor pesticides are used, and yet it produces some of the sweetest, juiciest, biggest fruit we have ever tasted (you need to try it).
The plantation owner gave us a tour and the remarkable faunal biodiversity was revealed. We saw a ferruginous pygmy-owl, yellow-cheeked woodpecker, elegant trogon, squirrel cuckoo, and multiple geckos and skinks!
Eagerly, the owner invited us to his house in the villa to sample some pineapple liquor. He had two parrots and two dogs – one the size of a calf. A handful of us loved the drink so much we purchased bottles to bring home.
Following this, we hopped back onto the bus and headed to Daniel’s Family Restaurant for a tapas lunch. A platter of potato salad, mini chorizo, guacamole, and cucumbers were brought out to complement the cow lengua (tongue) tacos. The hour-long trip home flew by, as we returned home by 6. With the free time granted to us, many hung out poolside while others caught up on school work. At 10:00pm, the entire group met for a pizza dinner beside the pool. We hung out for the remainder of the night, excited for the day to come.
ESPAÑOL
Hoy fue el día que pudimos turistear un poco. Despues de un café por la mañana en la estación de gasolina cercana (que por cierto tien una Buena selección de helados), partimos haci Villa Purificación donde desayunamos. En el camino disfrutamos de un paisaje spectacular de las montañas, pero con algo molestias, pues el camino lleno de curvas nos hizo sentir mareados. Llegamos a la villa, un poblado muy bonito y que es uno de los más viejos fundados en México, lleno de gente muy amigable.
Aprendimos de la agricultura tradicional de México y como diferentes especies de frutas llegaron al país. La influencia de los intercambios comerciales se refleja en las prácticas de cultivo observadas. Fuimos testigos de primera mano de uno de los cultivos de piña orgánica bajo manejo en bosque a nivel mundial. La plantación se clasifica como un policultivo que incluye comunmente además de las piñas, mangos, naranjas, café, papaya, carambolo, vainilla, chiles y otros frutrales en la lista. No se utilozan fertilizantes ni pesticidas químicos, aún así se producen frutas jugosas y muy dulces, entre las mejores que hemos probado (recommendable probarlas).
El dueño de la plantación nos dió una visita guiada y fuimos testigos de la presencia de especies de fauna increibles, inluyendo un tecolotito enano, carpintero de cachet dorado, trogon elegante, pájaro ardilla y una variedad de lagartijas y geckos.
Terminada la visita, regresamos al autobus y llegamos a un restaurant familiar llamado “Daniels” par comer y botanear. Nos sirvieron variedad de platillos, incluyendo papas, salchichas, guacamole, pepino y hasta tacos de lengua. El viaje de regreso de una hora al hotel se fue de volada, llegando como a las 6pm. Con el resto dell tiempo libre, nos fuimos a pasar el rato en la alberca mientras otros avanzaban en sus tareas escolares. A las 10 de la noche llegó la pizza que comimos al lado de la alberca. Por el resto de la noche estuvimos emocionados por lo que nos esperaba de aventuras los siguientes días.