ENGLISH
Today, we woke up bright-eyed and bushy-tailed, ready to take on the beach and the mangroves. On the drive to the beach in Malaque, we noted changes in landscape and species diversity: the corn and agave fields turned into ranches; the brown soils turned red and dry; the green trees were replaced with bare ones. We had finally arrived to the flat lowlands characteristic of Mexico’s dry season.
Once at the beach, we managed a nice mix of ecological observations and relaxation. We saw brown pelicans (Pelecanus occidentalis) diving into the water, and terns (Sterna sp.) and frigatebirds (Fregata magnificens) flying above. A few of us went swimming, a few of us went for lunch, and one of us (Daniel K) even rode a horse! Though we were only there for under 2 hours, we met some interesting people, including a group of Canadian snowbirds – more migratory specimens!
We then headed to a mangrove forest conservation area (Ejido Man Zan Illa), where we saw crocodiles, turtles, a giant iguana, and crabs. Of course, we saw more birds, such as the great egret (Casmerodius albus), green heron (Butorides virescenes), and a black crowned night heron (Nycticorax violaceus). We stopped a few times to take special note of the physiological adaptations that were required to survive in this kind of environment, including the actual mangrove trees themselves. Surviving in salty, brackish waters is no easy feat! After taking the time to take pictures holding a baby crocodile, it was time to go settle into our new home for the rest of the week: Estación de Biología de Chamela.
Once in Chamela, it was a race to the showers and to check out our new digs. The station unfortunately fell victim to a hurricane “Patricia” in 2015 that left some damage to the buildings, though one would never guess. The beautiful, colourful buildings are clearly resilient and well-maintained. On almost every single wall, you can find a small gecko, and roaming around in the trees you can always see coatis (Nasua sp.). After a lovely taco dinner, we went for an owl walk. Along the way, we saw a whippoorwill, some chachalacas, and could hear the house geckos “smooching”. Upon returning from the walk, we finally heard a Mottled Owl and even a POLLO?
We are now retiring to our rooms, applying our aloe vera, and recanting our stories of how we almost got hit by a pelican in the ocean or almost caught a bird with our bare hands. ~
A and da Boiz
ESPAÑOL
Hoy nos levantamos con energia y listos para emprender nuestro viaje a la playa y manglares. En el viaje a la playa de Melaque, notamos cambios en el paisaje y diversidad de especies; loc cultivos de maiz y de agave cambiaron a ranchos de ganado y los suelos se veian más rojos y secos. Los árboles verdes cambiaron a otros más grises y sin follaje. Finalmente llegamos a las planicies costeras, caracteríticas de la estación seca.
Ya que llegamos a la playa, pasamos un rato haciendo observaciones tanto de aspectos ecológicos, pero tambien para relajarnos un rato en la playa. Vimos pelicano café (Pelecanus occidentalis) pescando en la playa, también golondrinas marinas (Sterna sp.) y Fragatas (Fregata magnificens) sobrevolando la playa. Algunos fuimos a nadar al mar, otros fueron a desayunar y Daniel K, se fue en un paseo a caballo. Aunque estuvimos solo por un par de horas, conocimos algunas personas interesantes, incluyendo un grupo de canadienses retirados (snowbirds) – ¡más especímenes migratorios!
Continuamos nuestro viaje al sitio de conservación de manglar (Ejido La Manzanilla) donde vimos cocodrilos. Tortugas, iguanas gigantes, y cangrejos. Porsupuesto, tambien vimos numerosas aves, como la Garza blanca (Casmerodius albus), la garcita verde (Butorides virescens) y la garza nocturna (Nycticorax violaceus). Durante el recorrido paramos varias veces para discutir sobre los procesos y adaptaciones fsiológicas que se requieren para sobrevivir en un ambiente salobre, incluyendo los árboles de manglar. La sobrevivencia al agua salada y salobre es todo un desafío! Despues de tomar un sin número de fotos con una cría de cocodrilo en nuestras manos, regresamos al autobus para continuar nuestro viaje con destino final en la Estación de Biología de Chamela por el resto del tiempo del curso.
Llegando a la estación, lo primero fue corer a bañarnos e instalarnos en nuestros dormitorios. La reserva y la estación, fueron victimas del Huracán Patricia en el 2015 que causó daños a las instalaciones, aunque no lo hubieramos imaginado. Los edificios recien restaurados tienen colores bonitos y se les está dando mantenimiento. En casi todas las paredes encontramos Geckos, mientras que en el bosque aledaño paseaba una tropa de Coatis (Nasua sp.). Después de una cena de tacos, nos fuimos a una caminata nocturna a buscar Tecolotes. Durante el recorrido encontramos un chotacabras (Caprimulgus sp.), algunas chachalacas y podiamos escuchas los Geckos caseros llamando con sonidos como si fueran besos. Cuando regresamos a la estación, finalmente escuchamos un Tecolote café (Ciccaba virgata) y hasta un ¡POLLO!
Finalmente nos fuimos a dormir, aplicandonos con nuestra crema de aloe vera, recapitulando nuestras historias de como casi nos choca un pelicano en la playa y casi atrapamos un pájaro con nuestras manos.
A y da Boiz